Recorriendo Ferias en Villa General Belgrano

Recorriendo Ferias en Villa General Belgrano

Hoy nos levantamos algo cansados. Las caminatas se están haciendo notar en el cuerpo.

Pensamos en varias opciones pero nos quedamos, se podría decir, con la más vaga de todas. Volver a Villa General Belgrano para dar otro paseo por el centro e ir a una feria en una escuela Waldorf a la cual nos había invitado una chica la vez pasada.

Lo bueno de Villa General Belgrano es que está super cerca y con el auto llegás enseguida. Así que agarramos viaje para allí.

Dejamos estacionado el auto en el centro, fuimos caminando y mirando los diferentes negocios. Compramos unos chocolates aptos para celíacos y veganos que estaban riquísimos. Uno era de chocolate semiamargo y el otro era de chocolate, naranja y almendras. En otro negocio nos pareció ver pistachos sin sal, así que entramos, preguntamos y efectivamente nos dijeron que no tenían sal. Aunque salían algo caros los compramos igual y los fuimos comiendo mientras caminábamos.

Antes de llegar a la Feria nos cruzamos con una plaza que estaba buenísima. Aparte de ser grandísima tenía hamacas paraguayas y tirolesas! La primera vez que me tiré pensé que iba a morir, mi vertigo me hace hacer cosas raras y creo que nunca nadie se tiro de una tirolesa así. Francisco se reía a carcajadas, no sé si por mi cara de terror o porque terminé toda despatarrada en el piso con el trasero lleno de tierra. Igualmente estuvo genial y  nos tiramos como 5 veces cada uno y en la última descubrimos la mejor forma, ahora somos profesionales tiroleses(?).

Luego pasamos a la calesita pero como me mareaba bastante enseguida nos fuimos al tobogán. Sí, somos unos niños. Nos divertimos a full en los jueguitos,  estuvimos como una hora fácil en la plaza.

Pasamos tanto tiempo ahí que llegamos justo antes de que cierre la Feria en la escuela Waldorf. Igual por un lado estuvo bueno porque estaban vendiendo todo, absolutamente TODO, a 10 pesos. Nos llevamos unas cositas que consideramos que estaban buenas, esperemos que así sea.

Volvimos, obviamente pasamos por la placita y nos recostamos en la hamaca paraguaya, la cual Fran disfrutó mucho y a mi me pareció un poco incómoda. Luego seguimos camino y llegamos nuevamente al centro. Compramos algunos regalitos, visitamos una feria de artesanos chica pero linda y nos volvimos.

Ah! Y al final los pistachos minga que eran sin sal. No tenían tanta como los que te venden en las dieteticas pero estaban saladitos. Un fail total.

Terminamos el día cocinando una salsa casera de tomates para cenar unos ricos fideos con salsa, mientras miramos videos de #vanlife <3. Life is good.

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